jueves, 16 de enero de 2020

El Esclavo



Desde los tiempos más remotos, el esclavo se definía legalmente como una mercancía que el dueño podía vender, comprar, regalar o cambiar por una deuda, sin que el esclavo pudiera ejercer ningún derecho u objeción personal o legal. La mayoría de las veces existen diferencias étnicas entre el tratante de esclavos y el esclavo, ya que la esclavitud suele estar basada en un fuerte prejuicio racial, según el cual la etnia a la que pertenece el tratante es considerada superior a la de los esclavos. Es muy raro que los esclavos sean miembros del mismo grupo étnico que el dueño, pero una de las pocas excepciones se dio en Rusia durante los siglos XVII y XVIII.


La práctica de la esclavitud data de épocas prehistóricas, aunque su institucionalización probablemente se produjo cuando los avances agrícolas hicieron posible sociedades más organizadas que requerían de esclavos para determinadas funciones. Para obtenerlos se conquistaban otros pueblos; sin embargo, algunos individuos se vendían a sí mismos o vendían a miembros de su familia para pagar deudas pendientes; la esclavitud era también el castigo para aquellas personas que cometían algún delito.


Si bien sus orígenes son poco conocidos, los documentos y las pruebas sobre la esclavitud se pueden encontrar en casi todas las culturas y continentes. Los indicios encontrados en los textos antiguos, como el Código de Hammurabi, de la región de la Mesopotamia, fechado en el segundo milenio antes de Cristo, ya contienen referencias a la esclavitud como una institución arraigada. El trabajo forzado de las mujeres en algunas culturas antiguas y modernas se puede identificar con formas de esclavitud. En este caso suele incluir servicios sexuales forzados.


La historia de la esclavitud en el mundo antiguo está estrechamente vinculada a la guerra. Las fuentes documentales del mundo antiguo, como las de Mesopotamia y Egipto, los pueblos originarios de Israel, Grecia, Roma, Persia, o civilizaciones como la maya, China la azteca y la India, están llenas de referencias a la esclavitud vinculada a eventos bélicos. A menudo, los prisioneros de guerra eran reducidos a la esclavitud por los vencedores, y obligados a trabajar en tareas militares o civiles, como mano de obra para trabajos de construcción, ingeniería o agricultura. También era común su utilización para el servicio doméstico. Muchos hogares de la antigüedad, sobre todo de las clases altas, requerían el trabajo de uno o más esclavos como mano de obra habitual. Independientemente de los testimonios y documentos escritos, también se encuentran pruebas de esclavitud como mano de obra y como ayuda doméstica entre los pueblos que no poseían escritura, como los nómadas de Arabia, los pueblos nativos de América , los cazadores y recolectores de África, Nueva Guinea y Nueva Zelanda, y entre europeos del Norte, como los Vikingos.


Existieron además otras formas de adopción de la esclavitud además de la guerra, tales como la sanción penal o el pago de deudas. Así, entre algunos grupos africanos, las mujeres y los niños eran entregados como rehenes de deudas u otras obligaciones hasta su pago; y, si el pago no se realizaba, los rehenes pasaban a ser considerados esclavos.


Muchas de las sociedades antiguas tenían mayor número de personas esclavas que libres, gracias a la costumbre de reducir a la esclavitud a la población que tenían bajo su control. Por lo general la esclavitud incluía el abuso y la crueldad por parte de sus dueños, aunque a menudo podían recibir un trato más humanitario, si eran considerados bienes valiosos.


La esclavitud, como institución jurídica, es una situación en la cual una persona (el esclavo) es propiedad de otra (el amo). Así entendida, constituye una forma particular de relación de producción, propia de un determinado nivel de desarrollo de las fuerzas productivas en la evolución de la economía.La esclavitud se remonta a la Edad Antigua, aunque no de forma equivalente en todas las civilizaciones. Parece que su origen histórico proviene de la práctica de aprovechar como mano de obra a los cautivos en las guerras, como alternativa a otra posibilidad también usual: sacrificarlos. También fue la suerte de algunos pueblos conquistados. Otra vía para llegar a la condición de esclavo era la esclavitud por deuda o apremio individual.

Siglos XVI-XIX


Entre los siglos XVI y XIX, doce millones de africanos fueron enviados a América como mano de obra forzosa. Hacinados en los barcos negreros, muchos perecieron en la travesía El comercio atlántico de esclavos suele dividirse en dos épocas, conocidas respectivamente como el Primer y Segundo Sistema Atlántico.


El Primer Sistema Atlántico fue el comercio de africanos esclavizados hacia, principalmente, las colonias americanas de los imperios español y portugués. Representó solo alrededor del 3% de todo el comercio atlántico de esclavos. Comenzó, en una escala significativa, hacia 1502​ y se mantuvo hasta 1580, cuando Portugal se unió temporalmente con España. Mientras que los portugueses comerciaban por sí mismos con esclavos, el imperio español utilizaba el sistema del asiento, concediendo a los mercantes (mayoritariamente de otros países) la licencia para comerciar con esclavos con sus colonias. Durante el primer Sistema Atlántico, la mayor parte de los comerciantes fueron portugueses, quienes ostentaron un cuasi monopolio de este tráfico, aunque algunos comerciantes holandeses, ingleses, españoles y franceses también participaron en el comercio de esclavos.​ Tras la unión, Portugal quedó debilitado, siendo su imperio colonial atacado por los holandeses y británicos.


El Segundo Sistema Atlántico se refiere al tráfico de africanos esclavizados realizado mayoritariamente por comerciantes británicos, portugueses, franceses y holandeses desde el siglo XVII. El principal destino de esta fase fueron las colonias caribeñas, Brasil y Norteamérica, a medida que un número de países europeos construían colonias económicamente dependientes de la esclavitud en el Nuevo Mundo. Entre los proponentes de este sistema están John Hawkins y Francis Drake.


Solo una cifra ligeramente superior al 3% de las personas esclavizadas fueron comerciadas entre 1450 y 1600, el 16% en el siglo XVII y más de la mitad de ellos fueron exportados en el siglo XVIII, siendo el restante 28,5% objeto de tráfico durante el siglo XIX.​


En una fecha tan tardía como 1860 llegó a Alabama el último barco negrero estadounidense, el Clotilde. A bordo iban más de un centenar de esclavos capturados en África. Hasta 2019 se creyó que el último superviviente de ese grupo fue Oluale Kossola, renombrado Cudjo Lewis, que murió en 1935, pero una investigación de aquel año señaló a una mujer llamada Rodisha, a la que su amo le puso el nombre de Sally Smith, como la última esclava africana ya que murió dos años después, en 1937.


Los colonialistas europeos inicialmente practicaban un sistema al mismo tiempo de trabajos forzados y de esclavitud de nativos americanos, esclavizando a la mayor parte de los nativos del Nuevo Mundo. Por diferentes razones, los africanos reemplazaron a los nativos como la principal población esclavizada de América. En algunos casos, como el de las islas del Caribe, las guerras y enfermedades como la viruela eliminaron a los indígenas completamente. En otros casos, como en Carolina del Sur, Virginia y Nueva Inglaterra, la necesidad de alianzas con las tribus nativas sumada a la disponibilidad de esclavos africanos a precios asequibles llevaron a la progresiva desaparición de la esclavitud de nativos americanos.


El primer lado del triángulo que formaba el comercio triangular de esclavos era el comercio de bienes desde Europa a África. Un buen número de reyes y comerciantes africanos tomó parte en el comercio de esclavos entre 1440 y hasta aproximadamente 1833. Por cada cautivo, los gobernantes africanos recibían una variedad de bienes europeos, entre los que se incluyen armas, munición y otros bienes industriales. La segunda pata del triángulo exportaba esos africanos esclavizados a través del océano Atlántico a América y las islas del Caribe. El tercer y último lado del triángulo lo forma el regreso de bienes a Europa desde América. Estos bienes eran fruto de las plantaciones y minas trabajadas por los esclavos, y entre sus productos se incluían azúcar, café, tabaco, algodón y ron.

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